Querida Sor Emmanuel:
He leído de un tirón tu libro sobre el ayuno y he quedado no solo convencido sino completamente conquistado.
Conocía ya las ventajas del ayuno, pero no todos sus aspectos que has ilustrado con tanto cuidado. El descubrimiento del ayuno es realmente el fruto de esta lectura. Es verdad que la Virgen de Medjugorje nos insiste continuamente, pero no es menos cierto que somos muy perezosos en lo que cuesta sacrificio, y nos resistimos a ponerlo en práctica.
Los argumentos que aduces y, sobre todo, los ejemplos que presentas nos hacen comprender por qué la Virgen insiste tanto en un medio que es precioso para el alma, para el cuerpo, para el apostolado, en la tierra y en el purgatorio.
Te agradezco que hayas insistido en un medio tan importante, tan citado en la Sagrada Escritura, tan precioso para nuestra vida y para el sufragio por los difuntos.
Por último, con la exhortación de los santos, convence plenamente incluso a los más reacios.
Para cuantos lo lean, este libro será un auténtico descubrimiento. Ha sido ciertamente la Virgen quien te lo ha inspirado. Te lo agradezco y te Bendigo.
En Jesús y María
Padre Gabriel Amorth
 
 
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